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La Pardo, una mujer fortachona en Uyuni

La Pardo, una mujer fortachona en Uyuni

Autor: Víctor Chungara / Libro Tradiciones y Leyendas de Uyuni

“La Pardo”, así le llamaban a una mujer del pueblo, era morena alta y muy robusta, muy conocida por su afición a doblar el codo. Lo cual era muy mal visto en una sociedad pacata (o conservadora como la llamaban los sociólogos).

Sin embargo,  era más conocida  por sus habilidades pugilísticas, dado el tamaño de sus manos no era de extrañar que sus contendientes varones tengan un santo temor por La Pardo.

Se comentaba que de improviso se presentaba en las cantinas, levantando su puño en alto y gritando ¡será que acá hay algún machito! Nunca obtenía respuesta, no tanto por caballerosidad, sino más bien por la fama de sus puños. La Pardo directamente se adueñaba del mostrador, sin que nadie la contradiga.

Sin mayores explicaciones, sin mediar motivo alguno, cobraba odio irracional por ciertas personas, amenazando con romperlas la próxima vez que las vea.

Por otras tomaba un extraño afecto, indicando que ella estaba para defenderla, incluso haciendo pequeños regalos.

Fácilmente lograba el pago de sus tragos desafiando a cualquier concurrente a pulsetas, donde ella siempre ganaba.

Su pareja de hazañas de fuerza era el Superman Gómez. Disputaban entre sí, sobre quién podía levantar mayores pesos. Haciendo proezas como de levantar una bicicleta con solo un dedo, o levantar una silla con los dientes, cobrando en trago a sus espectadores.

En esa época, si alguien en Uyuni no podía cobrar alguna cuenta atrasada, nada más debía buscarla a La Pardo, para que por un cierto porcentaje, se encargue de la cobranza.

El deudor moroso que se veía acosado por La Pardo ya podía ponerse a temblar, porque esta, inicialmente, se ponía en su puerta a exigir el pago armando tal escándalo, que era mil veces preferible pagar, a sufrir el escarnio.

Pero si alguien se mostraba reacio, La Pardo proclamaba por todo el pueblo que tal deudor era un sinvergüenza, ingresando a locales públicos, oficinas, iglesias, estadios, etc.

Los días jueves y viernes de semana santa, cuando los chicos de la población salían a cazar lagartos, existía la cruel costumbre de crucificar a estos inocentes bichos, ya que se decía representaban a los romanos y que por venganza debía hacerse con ellos lo mismo que hicieron con Cristo.

La Pardo en estos días, como muchas otras personas, gustaba de comerse crudos a los lagartos que para ella cazaban  sus amigos, más que nada por el afán de verla devorar con tal fruición que era un espectáculo.

Se decía que sus habilidades pugilísticas y soberbia habilidad física, provenían  de haber sido  parte de los espectáculos de lucha libre, tanto entre hombres como entre mujeres que hubo en la década de los 50 y 60.

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Sobre el Autor

Victor Chungara Castro

Uyunense sobresaliente, matemático reconocido, que aportó a la literatura de Uyuni.

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