El turismo sostenible como piedra filosofal del desarrollo boliviano
Autor: CARLOS HUGO MOLINA
Se define la Piedra Filosofal como el producto que incorporaban los alquimistas para que cualquier mineral se convierta en oro. Después de investigar nuestro territorio, sus potencialidades, visitarlo y poner en valor las ventajas comparativas que posee, esa es nuestra conclusión.
Hemos construido lo más difícil, convencernos colectivamente que tenemos cualidades para ser un destino turístico internacional. Los 339 gobiernos locales, las nueve gobernaciones y el Gobierno Central lo repiten en todos los encuentros y sus componentes forman parte de un capítulo en los planes de desarrollo. Al Salar de Uyuni, el Cerro Rico, el Lago Titicaca, la Puerta del Sol, todavía nos falta completar la oferta de manera inteligente. La Plazuela Calleja es el centro geodésico de América del Sur. Manuela Sáenz vivió en Sucre, sin que exista ningún elemento que lo reconozca. Tarija es la primera misión de Chiquitos, si aceptamos que ahí se aprendía el bésiro y se perfeccionaba la música misional. En Sorata se encuentra la descripción bíblica del Edén. En Moxos están los canales fluviales de una civilización que manejaba las aguas… y la lista es infinita.
Para completar la tarea, tenemos que cumplir cuatro asignaturas pendientes.
Se necesita urgentemente, coordinación entre el Gobierno central con los niveles territoriales. Sencillamente, no existe.
Es imprescindible un administrador del territorio con autoridad y capacidad para velar desde los servicios higiénicos de las estaciones de servicio, hasta la salubridad de las comidas y la oferta de salud, frente a posibles emergencias.
Tenemos que reconocer que llegar a Bolivia resulta de pagar precios muy altos, comparados con los destinos del vecindario. Nuestra oferta debe ser tan contundente que minimice los costos.
Y finalmente, el más complicado y el que definirá el futuro del emprendimiento, que los bolivianos aprendamos y pongamos en práctica otra forma distinta de protestar, que supere el bloqueo de caminos y el cierre de carreteras. Debemos garantizarnos y a quienes nos visitan, que podrán planificar sus días de estadía y retorno, en condiciones de seguridad.
Pero existe otra razón más para apostar por el turismo sostenible. Es el mejor instrumento para lograr cohesión social, acuerdo entre diversos que nos permita lograr resultados colectivos. La cadena social y económica del turismo sostenible es la más completa y por ello, exige acuerdos sólidos y estables.
Este es el Año Internacional del Turismo Sostenible y 1.250 millones de turistas se moverán por el mundo. ¿Cuántos recibiremos nosotros?
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