Mi homenaje a Uyuni
Autor: Felipe Ramírez
El gélido viento que golpea mis oídos entremezclado con el bullicio de la avenida Arce y los esporádicos pitazos del tren de maniobra en la estación central retrotraen mi memoria hacia tiempos lejanos, cuando todos llenos de un fervor patriótico y con los pechos henchidos de orgullo esperábamos la víspera y el día de la fundación de Uyuni.
Quién no recuerda la historia, quizá no escrita en libros, pero aquella, la viva, la que era transmitida de nuestro abuelos a nuestros padres y de estos a nosotros en interminables reuniones nocturnas, cuando al calor de un café o chocolate caliente y en nuestra mayoría de edad un té con té. Nos juntábamos al calor de una estufa a carbón o las famosas estufas a gota que hacían retumbar los locales de nuestras reuniones para conversar sobre una infinidad de temas, principalmente las aventuras de nuestros padres excombatientes en el chaco. Asimismo, del heroísmo de nuestras madres en el socorro y ayuda a todos los soldados que pasaban por nuestra querida tierra, rumbo al frente de batalla. Y de las deliciosas anécdotas de los extranjeros que llegaron a Uyuni para establecer sus comercios y se quedaron a luchar por el progreso de nuestra tierra.
Por otro lado, de los siempre terroríficos cuentos de ultra tumba, o de los logros deportivos de nuestros mayores que hacían respetar los colores blanco y celeste de nuestras selecciones de futbol, básquet, tenis, etc. Para terminar en un improvisado encuentro musical, donde destacaban eximios intérpretes del piano, la guitarra, la mandolina y otros de gran calidad vocal.
Quizá eran las bebidas calientes, las espirituosas o la calidez de las personas que estábamos reunidos lo que nos hacía indiferentes a las gélidas temperaturas que siempre soportó nuestra bendita tierra, ya que terminábamos estas reuniones a tempranas horas del día siguiente, más aún en el festejo de nuestro aniversario donde todos llenos de felicidad nos recogíamos para participar del desfile cívico.
El tiempo con su inexorable paso, cambió muchas de esas costumbres, ya que la irrupción del internet y otros adelantos técnicos acabó por terminar estas típicas reuniones y es muy raro en esta época ver amigos compartiendo sus experiencias o desentrañando nuestra historia. Sin embargo, creo que todavía quedamos muchos, los que nos sentimos orgullosos de ser uyunenses que luchamos y seguiremos luchando por que la herencia de calidad de personas que recibimos de nuestros padres nunca desaparezca y que en todo momento y en especial este 11 de Julio emocionados gritaremos VIVA UYUNI!!!!!!!
Fue un uyunense de corazón, parte de nuestro equipo de redacción, quien aportó con artículos históricos, recopiló datos importantes del pasado de la ciudad de Uyuni, que se hubieran perdido con el tiempo. ¡Gracias don Rómulo!. Falleció el 2 julio de 2023.