El Reloj de Uyuni…¡Símbolo de puntualidad y progreso!
Autor: Jose H. Mita Barrientos / Alberto Espinoza Garnica
Uyuni ha contado prácticamente desde su fundación, con habitantes muy empeñosos, emprendedores y llenos de iniciativas para beneficiar a «su terruño». Este calor comunitario se ha transmitido de generación en generación.
Una de esas iniciativas fue precisamente la construcción del RELOJ PUBLICO, tradicional e histórico símbolo de Uyuni.
Pero ¿Cómo se hizo realidad?
Transcurría el año 1926 cuando varias personalidades a la cabeza del párroco Luis Buitrago, organizaron el «Centro Dramático Infantil», cuyos objetivos eran la instrucción y educación moral para promover el desarrollo cultural y teatral. Esta institución, posteriormente, asumió la construcción del proyecto: Reloj público para Uyuni.
Así el citado presbítero, meritorio por su labor religiosa, se constituyó en el propulsor principal de la obra.
Fijada esa meta y para recaudar los fondos económicos necesarios, se prepararon obras teatrales entre ellos la marcha de cáliz, recordando la Andalucía de España, obra que inclusive fue presentada a localidades aledañas a la ciudad de Uyuni.
La habilidad de buen administrador de Buitrago, fue un factor preponderante para complementar las subvenciones limitadas que provenían del Tesoro Municipal.
El padre Buitrago colaborado por el artista Dn. Rómulo Manzano y el Dr. Nicolás Carrasco, fueron quienes animaron la preparación de las veladas artísticas junto a infatigables uyunenses que añoraban la construcción de su reloj público.
Con esta base y gracias a la perseverancia de un grupo de distinguidos personajes de la época, surgió un COMITÉ presidido por el laborioso y activo Sr. Eudoro Calvimontes, e integrado por los señores Dn. Pedro Urgrinovich, Sr. Miguel Gonzáles y Don Natalio Cardozo.
Cablegráficamente se concretó la importación de la Casa Oscar & Meyer de Hamburgo (de ALemania) cuyo despacho llegó en febrero de 1929. La calidad y dimensiones del reloj fueron proporcionales a los fondos disponibles en esos momentos, porque de haber existido una mayor cantidad de dinero, se hubiera efectuado el pedido incluyendo carrilones de combinaciones musicales en las campanas.
La obra arquitectónica, el trazo elegante y sencillo fueron ejecutando por el Ing. Lucien Dupont. La construcción de la torre fue ejecutada en una sólida y gallarda fina construcción de cemento armado, mereciendo votos de aplauso para el técnico constructor.
Para el montaje del reloj importado, se presentaron varias propuestas tanto de Antofagasta, Potosí, Oruro y La Paz, pero sus exigencias económicas eran demasiado altas para el presupuesto de la comunidad, por lo cual se tuvo que decidir por una contratación acorde.
Entonces surgió un uyunense valiente que se empeñó en armar aquella maquinaria recién importada de Hamburgo. Este fue el Sr. Dn. Miguel Vargas Guarachi. La comunidad perpleja por esta propuesta, desconfió que sea un habitante de Uyuni, el que arme y haga funcionar el reloj público.
El Sr. Víctor Vargas Soliz, hijo del Sr. Miguel Vargas Guarachi, ayudó a su padre «pasándole las pesas» y nos relató que el tesón, la experiencia y el absoluto conocimiento en la materia su padre, permitieron imponerse a las dudas de la comunidad. Luego se puso manos a la obra y pudo dejar el Reloj público, armado y funcionando.
El Sr. Vargas garantizó su trabajo y el normal funcionamiento del reloj. La maquinaria comenzó a funcionar el histórico 20 de Abril de 1930, conforme está inscrito en el interior de la torre.
Inviernos de los más crudos, vientos de los más fuertes y relámpagos certeros, son algunos testigos de este monumento.
Esta es la historia resumida del reloj público, que hoy por hoy, se constituye en el legítimo símbolo de UYUNI para Bolivia y el mundo.
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